Agente, pero secreto. El tío era un soseras que no veas. Llegó al Madrid procedente del Partizán después de disputar el Mundial del 90. Defensa serío y sin fisuras que llegó a declarar el día de su presentación que "o pasa el balón o pasa el jugador, nunca los dos". Ahí está, cortita y al pie. A pesar de su incipiente calvicie, el chaval llegó a Chamartín con 25 años. El culpable de su llegada, don Alfredo Di Stefano que quedó deslumbrado por su despliegue táctico y físico en Italia 90. Dejaría todos sus recursos en esa competición porque poco hizo en la Liga. Bueno si, algo hizo. Se marcó en propia meta en el Nou Camp. Golazo que levantó a un público entregado de sus asientos. Eso lo catapultó a Osasuna y después al Marbella. En la actualidad, es considerado como uno de los peores fichajes de la historia del madridismo.
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