Bogarde o como jugar en los mejores equipos del mundo siendo un tarugo

Si hay algún futbolista que podría contar su apasionante vida en la gran pantalla ese sería Winston Bogarde. Este rudimentario defensa ha jugado, al loro, en Ajax, Milán, FC Barcelona y Chelsea. Vamos, en las mejores ligas europeas y siempre en equipos punteros. Que como lo hizo. Todo apunta a que su pinta de mamporrero era la ideal para salvaguardar la vida de los Berlusconi o Gaspart en sus días libres. Tendría que ser eso, porque lo que era jugar al fútbol, madre mia que cruz. El caso es que no sabemos como, pero tras ganar un Champions con el Ajax, viajó hasta Milán. Allí con sólo tres partidos como titular, convenció a Hiddink para que lo llevara al Mundial de Francia. En esa cita fue donde dio sus mejores tardes, se salió. Tanto que Van Gaal se lo llevó al Barça y claro, pues no defraudó. En su linea. Este armario empotrado destacaba por su salida limpia del balón. Algo que en la liga inglesa no pasó desapercibido. El Chelsea, necesitado de un central que lanzara pases de 50 metros al pie del delantero, decidió ficharle. Firmó cuatro temporadas donde jugó once partidos. De record. El mocetón se retiró en 2005 después de una larga y consumada trayectoria.